martes, 21 de abril de 2009

Luna-Gitana


La luna no duerme, engaña al sol. Se suelta el pelo de noche despejada y maquilla el negro de sus ojos con estrellas.
Se viste con falda de gitana, para tongonear su paso liviano sobre papel urbano. Despierta noches hechizadas con su mirada fija-línea de palabras dispersas en el aire que la baña y ella, gitana, al fin las agarra.
Roba un suspiro en metáfora.
De uno que otro beso extrae verbos.
De un minuto obtiene un verso.
Entre el humo descubre el silencio y lo guarda en su cuerpo de Luna-gitana. De noche-día, de poesía sin reglas.
Como la noche.
Luna, pluma-tinta; libertad que la lleva a encorvarse sobre su manto estrellado, gitana enciende un cigarrillo y te observa. Tan perversa como humana, en las noches de estrellas o en sus días de poeta escribe tu historia, la mía y la de otros.

lunes, 20 de abril de 2009

Coda


Son las 4:30 de la madrugada y Lázaro acaba de llegar a su casa. La noche no terminó como él esperaba.
Recorrió desde Rio Piedras hasta la quince buscando con quien satisfacer sus deseos sexuales. No aparecía nada estaba a punto de rendirse. Su última opción era las uvitas en San Juan, siempre es un buen resuelve. Se consigue de todo. Desde jóvenes descarrilados, hasta profesionales y hombres casados que han decidido llevar una doble vida. Tiene la ruta trazada. A medida que se acerca al Wallgrens de Miramar reduce la velocidad. Mete la mano en el bolsillo, saca un cinquillo y se maquilla la nariz para lucir alerta. Luego de ver los dioses sacude los residuos de polvo blanco que puedan quedarle y vuelve a mirar. Divisa la presa de la noche. Un mulato está en la esquina con la pierna derecha recostada a la pared, y una mano en el bolsillo.
El hombre se lleva la mano entre las piernas. Le enseña el material. El auto se detiene. Intercambian miradas nuevamente y se ve la sombra acercarse a la ventanilla. Comienzan a regatear el precio de los servicios, unos minutos después cierra la puerta del pasajero.
La noche fue intensa. Lázaro consiguió lo que quería pero al final el precio cambio.
Los servicios le costaron todo el efectivo que llevaba, reloj, cartera y un nuevo golpe sobre la llaga que desde niño lleva en su interior.
Al llegar a casa sube a su habitación y se da otro pasecito, mientras se acomoda frente al hermoso piano importado de Italia que la decora. Comienza a tocar. Las manos de Lázaro se desplazan sobre el teclado blanco y negro, los dedos acarician el compas de los tonos como si le hiciera el amor. Interpreta la pieza que ve en la partitura reflejada sobre el espejo ubicado al fondo. Recuerdos van y vienen, se mueven al ritmo de los martillos. Lee su historia, la del niño de ojos verdes y mirada vacía. Un pequeño que toca el piano para sus padres, les regala un hermoso concierto resultado de su talento innato. Al terminar el repertorio levanta la mirada esperando los aplausos del público y se percata que nunca los habrá, porque en él solo está la sombra de una señora, que camina de lado a lado, esperando que su marido le dé alguna orden y en la sala un hombre de rostro limpio y blanco con temple frío, tomando un trago mientras ve un juego de baseball.
Se escucha gritar: Muchachito déjate de mariconadas y ponte a hacer cosas de hombres. Mira que yo tuve un macho no un afeminao.
La música va en crescendo, Lázaro aun sigue en el piano, sus dedos se funden velozmente en tonos agudos y graves, mientras a la música se le unen suspiros y gemidos de llanto iguales a los que soltó a sus 14 anos.
Sus hormonas comenzaban a dejarse sentir. Su cuerpo reaccionaba a varios cambios. Ahora sentarse al lado de su vecinito dos años mayor que él, tenia resultados diferentes. Lázaro contemplaba los momentos en que se acomodaban frente al piano a tocar dejando que la música los transportara mientras sus cuerpos despertaban a la adolescencia. Pasaban largos ratos inmóviles por miedo a que alguien se diera cuenta de sus pantalones abultados. El repertorio de conciertos duro hasta la noche en que al padre de Lázaro se le subieron los tragos. Se dirigió a la habitación. Los vio a ambos muy cerca y decidió acabar con lo que estaba viendo.
Agarro al vecinito por un brazo y lo saco de la casa. Luego camino donde su hijo y comenzó a golpearlo con una correa. En uno de los golpes, la hebilla abrió una herida que le mancho de rojo la espalda. Un rato más tarde su madre fue al cuarto para consolarlo. Lo acaricio y le repitió tiernamente:
-Tranquilízate hijo no llores mas.
Cuando Lázaro estaba un poco más calmado, lo miro a los ojos y le dijo:
- Obedece a tu padre. Hazlo por favor y ya verás como estarás más tranquilo.
En ese momento Lázaro sintió como si en su interior hubiesen reventado todas las cuerdas de su piano acabando con su utilidad.

La música comienza un decrescendo, Lázaro está agobiado no se puede perdonar hasta donde ha llegado, pero no para de tocar. El placer que le causa es el único consuelo que le queda. Le recuerda la primera vez que recibió aplausos por su talento, en aquel piano bar italiano. El dueño del lugar, le dio el último movimiento al concierto que Lázaro comenzó en su negocio aquella noche. Una oda escrita en sabanas blancas, cuenta como esta vez Lázaro pasó a ser el piano nuevo que antes de interpretar la primera pieza debe ser afinado, (perder la virginidad antes de presentarse al público.) Los 18 años ya pasaron. Ahora Lázaro sabe que debe tomar una decisión.
El sol comienza a salir y mira el reloj que marca más de las de las seis de la mañana. La música se detiene estrepitosamente. Lázaro se pone de pie al lado del piano. Pasa su mano sobre la tapa antes de levantarla. Mete la mano en el cajón. Saca varios paquetitos de coca, y un sobre. Se dirige al baño, deposita todo el polvo blanco por la bañera. Se da la vuelta y regresa en dirección al piano. Al pasar al lado de la cama agarra el teléfono. Llega hasta la banqueta y se acomoda. Abre el sobre sacando una foto de cumpleaños vieja donde está junto a su madre y su padre, también un boleto de avión . Los mira fijamente mientras espera que sean las 7:30 de la mañana para llamar a su padre. Da la hora. Marca a su casa, levantan la el auricular y escucha aquella voz que lo ha torturado toda la vida. La escucha muy asombrada. Debe ser por la hora.
Lázaro le dice que ya no es el niño aquel que lo obedecía por miedo.
- Me di cuenta hasta donde me está llevando el no poderme expresar. No llegare a ser como la sombre que fue mi madre. El miedo le gano a ella pero a mí no me vencerá papa. Y colgó.




Luis Daniel Arrufat-Elias

Fabula

Había una vez un perro Pastor Alemán que tenía como misión mantener todas las ovejas posibles en el rebano. Un día su amo le dijo: necesito que traigas mas animales ya las ovejas no son suficientes. El perro salió disparado a ladrarles a todos los animales sin importarles la especie. Pasaba los días corriendo alrededor de ellos y no paraba de ladrar. Un día que ladraba por la orilla de una playa, un pulpo que estaba cansado de escuchar los mismos ladridos siempre saco un largo tentáculo con el que lo agarró y lo metió en el agua. El pulpo le pregunto si podía callarse ya. El perro Pastor Alemán tomo un buche de agua y no volvió a ladrar.
Moraleja: El pulpo vivió feliz para siempre.

Inteligible galeria de shortsitos

Shorsitos, Aquel shorsito tenía como 14 años. Más shortsitos maduritos, tiernísimos, usaditos. Nalguita, nalguitas contentitas. Aquella tetita, beeendito, (huevito frito). Pezonsito, tiernísimo, shortsito, shortsito, cada uno mas coorrtiiito que el otro. Shortosito que coqueta le pregunta el nombre a aquel desconocido.
Detrás fidito corre. Contentito de lado a lado. Con el osico caliente y el rabito entre las manos para chequear si ya se le había escapado entre uno de esos shortsitos. Hasta yo desde el balcón huelo el orgasmo que se les filtra. Los shortsitos quieren vacilar, y fidito se aprovecha. Les da la vuelta, esperando que caiga un pedazo de carne de la que apenas esconden los shortsitos.
---Paaapi!
---Brother. Tanto tiempo, que es la que hay. Eso está a fuego y la nota bien buena.
Bicho, chocha, perro, gata, puta, cabrón. Sueltos sin rumbo, fidito oliendo carnecita, culitos, tetitas, tetas.
El shortsito que se encontró al guardia que no lo recordaba. Pero el olor rápido encontró la caballerosidad. Se cambia el uniforme verde por traje de perro faldero y le abre la puerta al shortsito con el ojo puesto en el rotito, (roto) y se bajan tetas grandes y shortsito, culito, nalguitas, tetas. La música activa las hormonas, que arrastran aquellos shortsitos y fido detrás, perro faldero de gata. Fido, fiditos, cangris, descontrolados, sueltos, errebataos, drogados, bellacos, arrastrados.
El hoyo huele a shortsito, tetas, culitosque que se sirven de cena para fiditos, y los fiditos cangris reparten leche que no les sabe como la de mami.
Inteligible galería de shortsitos.


Luis Daniel Arrufat-Elias

Sin titulo, (17-03-09)


----- Ave María purísima.
----- Sin pecado concebida.
------ Como yo.
------ Como dice?
------ Como yo! Si escucho bien. Como yo que fui bendecido en el pecado original aquí en este mismo templo hace ya varios anos. Cada domingo, con fe y devoción mi madre me traía. Para ser salvado y guiado por los caminos de dios. Y terminaba usted recibiéndome casi como ofrenda.
No lo recuerda Padre. Debería. Fue usted. Quien en nombre del Dios todo poderoso!
Me lo entregaba en cuerpo de cartílago
Haciendo devoción solo a su cáliz amargo.
Echándome la bendición.
Dejaste caer el manto sagrado, destapaste el fruto que ya otros habían mordido, negociandome las puertas del cielo por mi boquita virgencita, pura. Me arrodille pero no para ganarme el cielo,si no por los impulsos a satisfacer mi apetito de Adán de hombre con manzana entre las piernas y boca de serpiente golosa que no se alimenta de tu fe. Me causo mal tu cáliz y tu bendición hipócrita. Rete a tu templo y salí a las calles porque ya comenzaba a retumbarme la cabeza, y veía como lo que escribieron sobre piedra no lo podían sostener.
Salí huyendo porque ya no iba a cargar más su cruz, ni su corona de espinas cada vez que pusiera los pies sobre la tierra. No me importo que solo lo que en su templo y a su nombre se haga quede bendecido. Vi un poco mas allá del Cristo crucificado y escudriñe en el pozo de sotana blanca que esconde, la fe más pobre, la corrupta de inocencias, negociante de la virginidad, traficantes de culpas y dolores. Ahora creo con toda firmeza que no existe paraíso o infierno.
Ya no tengo necesidad de arrodillarme, cambie el cáliz amargo de la hipocresía. Por el néctar del fruto de Adan, el de Pedro, el de Juan y otros que de apóstol ni el nombre. Y ya mis orgasmos nos son de yeso decorando un altar.
Creo en la tierra y en el horizonte que me espera.
Me voy antes que las campanas suenen y comiencen a llegar tus pecadores, los fanáticos, los que no han sabido donde refugiarse. Y prefieren cargar con las culpas de otro.